Manejo de crisis, control de daños, análisis del contexto, diagnósticos organizacionales, análisis estratégico, evaluación de daños y efectos directos e indirectos de la pandemia, son solo algunas de las metodologías que se deben de poner en juego para poder analizar la compleja situación actual y futura, inmediata y mediata.
Es momento de hacer un diagnóstico profundo, confiable y objetivo para evaluar los daños que ha causado en la organización la pandemia y sobre esa base, diseñar una estrategia efectiva y realista.
Analizar a fondo el nuevo entorno y tratar de comprenderlo lo más rápido posible para poder estar en condiciones de actuar de manera inteligente y aprovechar las pocas oportunidades que seguramente habrá.
Hoy más que nunca se requieren directores capaces y no simples Administradores Generales. Directores capaces de realizar análisis profesionales de la situación actual del mundo, del país, de la región y de la industria en la que se participa.
Hoy se podrá determinar quién o quiénes son verdaderos Directores y quiénes son solo ejecutivos idos a más sin contar con las habilidades estratégicas de un verdadero Directivo.
Hoy más que nunca, se requiere poner en marcha un análisis profundo para poder definir rumbos estratégicos de acción que incrementen las probabilidades de recuperar lo perdido y lograr, en el menor tiempo posible, sobrevivir y retomar los resultados de manera sostenida.
Los daños han sido devastadores, no solo por la pandemia, si no por el mismo entorno mundial, nacional y local que se está conformando.
Los retos por venir son, en el menor de los casos, desafiantes como nunca lo han sido.
Una posible ventaja es que muchos Directivos han vivido ya un sin número de crisis recurrentes.
Sin embargo, la crisis actual, no tiene precedentes para la mayor parte de nosotros. Posiblemente la crisis del 29 pudiera ser un referente de lo que una crisis de estas magnitudes trae como consecuencias.
Si a esto le sumamos la crisis nacional que ya veníamos arrastrando, estamos frente a una crisis de proporciones aún no calculables del todo. Espero que estemos conscientes de su magnitud, para poder definir acciones a la altura de ésta.
Solo un buen diagnóstico podrá, en cada caso específico y en cada empresa en particular, determinar los daños que se han generado y los daños por venir.
Una economía devastada, desempleo masivo, posibilidades de efervescencia social, inseguridad y delincuencia al alza, mercados contraídos, clientes precavidos y cautelosos, inversiones estancadas, etc. Éstas, son solo algunas de las variables que se han puesto en marcha y que están conformando un entorno muy, muy amenazante, muy desafiante y complejo. Sin embargo, siempre habrá también espacios de acción para aprovecharlos en favor del negocio.
Es por ello que, un buen diagnóstico es totalmente indispensable en estos momentos, para asegurar que sobre sus conclusiones se elabore y de ejecute un plan estratégico con altas probabilidades de asegurar la sustentabilidad de las empresas.
Surgen muchas preguntas en este sentido, entre ellas, si los Directivos están habilitados y capacitados para realizar un ejercicio de la magnitud del desafío que se requiere.
Podría ser la acción más importante por realizar en estos momentos, ya que de su resultado podría depender la sobrevivencia de una organización.
Siempre he sostenido que una de las habilidades Directivo / gerenciales más importantes es la de realizar diagnósticos dinámicos, para leer correctamente el entorno y las variables críticas de la organización. Tener una lectura confiable de los indicadores vitales es, hoy por hoy, una necesidad estratégica ineludible.
Flavio Ruiz
Junio 2020
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