Trabajar en un equipo no es fácil, y menos en una cultura en donde predomina el trabajo individual, la competencia entre ejecutivos, los enormes egos personales y luchas por poder y por la posesión de las verdades absolutas.
“Dime de qué tamaño es la calidad de la toma de decisiones de un equipo y te diré de qué tamaño es su desempeño".
En los momentos de toma de decisiones, es donde se pone a prueba la solidez de un grupo Directivo o Gerencial.
Si no hay una buena efectividad en la toma de decisiones, las implicaciones y consecuencias suelen ser desastrosas e incluso devastadoras, y más cuando se trata de tomar decisiones sobre asuntos relevantes y/o de alto impacto para la organización.
¿Cómo lograr que la decisión sea aceptada por todos o al menos lo suficientemente aceptada? ¿Cómo lograr que una vez tomada la decisión, la ejecución no sea saboteada por aquellos que no “compraron” la misma? ¿Cómo lograr que los desacuerdos no se conviertan en torres de Babel e impidan el correcto fluir de los procesos?
Éstas y muchas preguntas más, tendremos que analizar para diagnosticar la capacidad de un equipo para tomar decisiones en conjunto, como un ente orgánico y altamente funcional.
Sabemos que, muchas veces, con un solo miembro que no comparta o acepte la decisión, se puede comprometer el éxito de la ejecución con las negativas consecuencias que esto implica.
J. Daniel Duck en su libro “El monstruo del cambio”, asegura que más del 80% de los procesos fallidos de cambio organizacional se deben a las diferencias devastadoras entre los altos directivos.
Edgar Schein propuso un modelo sencillo pero potente para ordenar y mejorar los procesos de toma de decisiones en grupo.
Un servidor lo ha venido aplicando desde hace algunos años en los procesos de mejora de equipos Directivos y Gerenciales, con un alto índice de efectividad.
Este modelo permite clarificar, de manera sencilla, 6 tipos de decisiones que podemos tomar en un grupo y las implicaciones de cada uno de ellos.
Cada uno de estos 6 mecanismos de toma de decisiones en grupo es útil dependiendo de la situación, del problema que se quiera resolver, del tipo de liderazgo y de la madurez del equipo de trabajo.
Veamos brevemente cada uno:
1. POR ABANDONO DE IDEAS. Esta es una forma típica de tomar decisiones en grupos con poca o nula participación. Imaginemos la escena: El jefe pregunta: ¿Qué hacemos? Y el grupo hace un largo silencio, no hay ideas, surge una idea y alguien la asesina inmediatamente, surge otra y alguien (puede ser el mismo jefe) la asesina otra vez.
El grupo descarta ideas sin analizarlas, no permiten hacer un análisis de éstas, no las “dejan vivir”. Al poco tiempo la gente se cansa de opinar; “total para qué opino, si el jefe hará lo que se le dé su gana”.
Esta forma de tomar decisiones lleva a grupos muy pobres desde el punto de vista de generación de soluciones creativas y, por lo tanto, el grupo deja de cumplir su misión: Solucionar problemas relevantes. En poco tiempo el grupo tendrá un muy pobre desempeño y una ausencia de ideas y opiniones por parte de sus miembros.
2. POR PODER. Esta es posiblemente la forma más típica de tomar decisiones.
Los jefes muchas veces tienen la creencia de que están en el puesto para tomar decisiones. La verdad es que éste es un mito muy generalizado en nuestra cultura Gerencial.
Tomar decisiones es fácil, lo difícil es implementarlas. Si no se cuenta con el compromiso abierto y franco de los miembros del equipo, las decisiones se toman, pero eso no garantiza que se implementen o que se implementen de manera efectiva.
Este mecanismo de decisión es muy útil cuando se requiere alta directividad en un proceso de toma de decisiones; sin embargo, abusar de él puede ser contraproducente, ya que puede llevar al grupo a disminuir su participación y contribución real en la toma de decisiones y en la solución de los problemas.
3. POR MINORÍA. En la mayoría de los grupos existe una minoría. Hay 3 o 4 personas que tienen una influencia mayor en el grupo. Muchas veces ellos se olvidan de la mayoría de los participantes en un proceso de solución de problemas en grupo y terminan poniéndose de acuerdo entre ellos en una decisión determinada.
Estas personas, muchas veces tienen un perfil de carácter fuerte y dominante, perfil autoritario y les gusta controlar.
Al hacer esto se corre el peligro de que la mayoría no se comprometa con las decisiones tomadas por la minoría.
Al tomarse una decisión en donde la mayoría no participa, se corre el riesgo de que la mayoría participe de manera débil o nula en el proceso de implementación y ejecución de la decisión.
4. POR MAYORÍA. Muy similar al caso de toma de decisiones por minoría es este caso.
Muchas veces, tomar decisiones por mayoría puede ser riesgoso para un grupo, ya que termina fracturándolo en, por lo menos, dos grandes bandos.
Las personas no comprometidas con la decisión pueden sabotearla, hacer resistencia pasiva o activa y manifestar su desacuerdo buscando la manera de obstaculizar la implementación.
Cuando se toman decisiones por mayoría, se puede dejar a un lado a las minorías, sin las cuales es imposible, muchas veces, implementar de manera efectiva una acción.
5. POR CONSENSO. Si hay una palabra “manoseada”, es la palabra consenso. En mi experiencia, muy pocas personas tienen claro que es consenso.
Mucha gente la confunde con unanimidad. Esto es falso.
Muchas otras la confunden con mayoría. También es falso.
Consenso significa la manera más madura que tiene un grupo de tomar decisiones.
Implica la existencia de diferencias al interior del grupo, también la capacidad del grupo por aceptar diferencias de opinión y, sobre todo, cuando se trata de tomar decisiones relevantes.
El consenso significa una toma de decisiones altamente participativa, sin que necesariamente todos estén de acuerdo en la decisión a tomar.
Consenso implica respeto absoluto a las diferencias de opinión, respeto a las minorías y a las mayorías.
Consenso se traduce en debatir con total apertura los diferentes puntos de vista y que, al momento de tomar la decisión de grupo se pueda llegar a decir: “Yo no estoy de acuerdo con el grupo, yo no tomaría esta decisión en lo personal, pero si el grupo considera que ésta es nuestra mejor opción y por el bien del grupo, me comprometo a respetar esta decisión y me comprometo en apoyar la implementación de ésta”.
Llegar a este nivel de madurez es la meta. Llegar a discernir nuestras diferencias de manera madura y civilizada es un escenario necesario.
6. POR UNANIMIDAD. Finalmente analizaremos la toma de decisiones por unanimidad. Esta implica el que todos los miembros de un grupo estén de acuerdo en una decisión determinada.
No es malo estar todos de acuerdo en una misma decisión. Lo malo es que sea el mecanismo predominante de decisiones en un grupo.
Puede suponer una “unanimidad aparente”, esto es: al parecer todos estamos de acuerdo con lo que propone el jefe. Sin embargo, en nuestro interior no lo estamos; al salir de la sala de juntas decimos: “Yo no estoy de acuerdo con eso, por lo tanto, no me comprometo.”
La unanimidad aparente puede ser síntoma de miedo al interior del grupo y sobre todo cuando el jefe pregunta: "¿Alguien no está de acuerdo conmigo?"
También puede traducirse como que todos piensan igual que el jefe, son un retrato de él, han sido reclutados a imagen y semejanza.
Marzo de 2020.
Flavio Ruiz.
Este material forma parte del programa de Team Building, Construyendo equipos inteligentes.
Derechos reservados
Comments