¿Reconoces algunos de estos rasgos?
Los problemas de Inteligencia Emocional se manifiestan de muchas formas y hay muchos síntomas que nos indican que hay un problema en este sentido.
En este artículo me enfocaré en el entorno organizacional. Cómo se manifiestan problemas de Inteligencia Emocional y qué efectos producen en dicho entorno.
Podríamos clasificar en dos grandes grupos los síntomas y los comportamientos que ponen en evidencia un problema de Inteligencia Emocional.
I. Problemas de autocontrol emocional.
II. Problemas con la gente con la que interactúan en la organización.
Veamos esto de manera más detallada.
I. Problemas de autocontrol.
Control. Pierden fácilmente los estribos, se alteran con facilidad, pueden ser agresivos verbal y no verbalmente.
Impaciencia. Manifiestan impaciencia crónica. Hay neurosis en la búsqueda de resultados y sus comportamientos pueden verse alterados constantemente.
Estados de ánimo. Cambiantes, con variaciones significativas, incluso el mismo día o de un momento a otro. Predomina el mal humor en muchos casos.
Autocontrol. Es evidente para sus interlocutores que tienen muy poco autocontrol de sus emociones y de sus comportamientos. No hay evidencias de que controlen a voluntad sus reacciones.
Egocentrismo. En muchos casos, tienen rasgos de egocentrismo y narcisismo. Su perspectiva es la verdad única y todos deben aceptarla como tal. Asumen tener siempre la razón y punto.
Ansiedad. Funcionan con altos grados de ansiedad, misma que transmiten a los que los rodean. La ansiedad es evidente en su forma de comportarse, actuar y reaccionar.
Inestabilidad emocional. Tienen cambios de estados de ánimo lo cual se traduce generalmente en instrucciones y señales contradictorias.
II. Problemas con la gente con la que interactúan en la organización.
Clima laboral. Producen altos índices de insatisfacción laboral, resentimiento, revanchismo y eventualmente, rotación de personal valioso, se crea un entorno laboral disfuncional.
Control. Tienden a ser demasiado controladores. Desarrollan comportamientos paranoides ya que operan desde la perspectiva de la desconfianza. Vigilan, checan, desconfían, auditan, supervisan muy de cerca.
Conexión. Ejercen “liderazgo” desconectado de los sentimientos y emociones de sus colaboradores lo cual produce estrés, agotamiento emocional, frustración, desmotivación y otros efectos devastadores en sus colaboradores.
Poder. Lo preocupante es dar poder a estas personas con estos rasgos, ya que lo ejercerán con prepotencia, presión, amenazas, dureza, rudeza innecesaria.
Miedo. Producen miedo y temor en sus equipos de trabajo, lo cual conlleva a bajo rendimiento, baja productividad. Por miedo, pueden subir al inicio los indicadores de resultados, pero irán desgastando la estructura moral y tenderán a ir descendiendo,
Conflicto. Tienden a antagonizar y entrar en conflicto fácilmente con quien no esté de acuerdo con sus puntos de vista. Llámense colaboradores, clientes, pares, etc. Aparece el conflicto rápidamente y se deja una estela de muertos y heridos, psicológicamente hablando.
Pensamiento. Tienden a tener un pensamiento cerrado y operan con alta intolerancia. Sus puntos de vista son verdades absolutas y es prácticamente imposible dialogar de manera constructiva con ellos, incluso su nivel de escucha tiende a ser muy bajo.
Equipos. Construyen equipos emocionalmente disfuncionales. Se crean ambientes con falta de armonía, ambientes tóxicos e infames. Poco propicios para un buen trabajo en equipo. Se opera en la desconfianza, en la baja apertura, en el miedo, en la amenaza,
Moral. La moral se menoscaba y esto genera malestar colectivo, se produce insatisfacción y bajan los índices de entrega, compromiso, creatividad, solución proactiva de problemas. La gente termina haciendo lo mínimo básico indispensable y difícilmente dará más.
Algunas conclusiones:
Como hemos visto, un jefe con problemas de Inteligencia Emocional produce efectos muy adversos a nivel organizacional.
En muchas ocasiones, estos jefes tienen un buen expertís técnico, pero la variable humano social muy débil.
Es difícil que un jefe reconozca problemas de este tipo, no tiene conciencia de ellos, ni de la importancia e impacto de estos aspectos.
Lo recomendable es que se realice un buen diagnóstico, se le dé retroalimentación y asumir que estará dispuesto a emprender mejoras efectivas para mejorar su perfil.
Cuando la conciencia se da, el cambio es una opción.
Este material forma parte del Programa de Inteligencia Emocional para Ejecutivos.
Suscríbete en la página de inicio para recibir las nuevas entradas de este Blog,
Flavio Ruiz.
Enero 2024.
Comments